sábado, 17 de enero de 2009

Buenas y malas razones para creer, según Richard Dawkins

[Hallé esta “carta” (parece más un tratado de adoctrinamiento familiar) escrita por Dawkins a su hija Juliet de 10 años. Mis comentarios están entre corchetes y en rojo. A medida que pasen los días añadiré comentarios]

Querida Juliet: Ahora que has cumplido diez años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mí es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas, que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de una de esas estrellas, el Sol? La respuesta a esta pregunta es "por la evidencia". A veces, "evidencia" significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que es una cosa cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El "lucero del alba" parece un brillante centelleo en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo que aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) se llama observación. Muchas veces la evidencia no es sólo pura observación, pero siempre se basa en la observación. [¿Sabrá Dawkins que el inductivismo ingenuo es falso porque la experiencia visual de un observador depende en parte de su experiencia pasada, su conocimiento y sus expectativas? Alguien dirá que el conocimiento científico de las ciencias naturales se fundamenta en otras observaciones de otros científicos y ello depura a tales ciencias de dogmas y creencias. De ahí surge la pregunta: ¿Cuántas observaciones constituyen una cantidad suficiente para que algo sea declarado una evidencia fehaciente? Entiéndase bien, el conocimiento científico no es realmente un hecho probado como se afirma y cree alegremente, sino que representa un conocimiento que es probablemente verdadero. En realidad, no hay prueba absoluta de nada y no precisamente porque no haya verdades absolutas como creen los relativistas, sino por nuestras limitaciones de conocerlo y entenderlo todo. Aún las idolatradas ciencias naturales son falibles y tienen sus propias limitaciones como demostraran a inicios del pasado siglo Werner K. Heisenberg (1901-1976) y Kurt Gödel (1906-1978). Toca investigar con honestidad intelectual y ver qué argumento se ajusta más y mejor a los hechos; no a prejuicios, presupuestos y resentimientos, pues los criterios y emociones cargados son pésimos consejeros].

Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tocó. No demuestra que cometiera el asesinato, pero puede ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y de repente se da cuenta de que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato. Los científicos –especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- [material, no en el inmaterial; del cual opina Dawkins sin conocerlo empíricamente] trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto. Y a continuación se dicen: si esto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se le llama predicción. Por ejemplo, si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar al punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto el sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces, va y se dice: "Si de verdad tiene el sarampión, debería ver..." Y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?) y con los oídos (¿te suena el pecho como suena cuando se tiene sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar "Diagnostico que la niña tiene sarampión". A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para completar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos. [No obstante, solo el 15 por ciento de los diagnósticos son acertados. Esto es, en el 85 por ciento de los casos el médico no sabe lo que le pasa al paciente] La manera en que los científicos utilizan la evidencia para aprender cosas acerca del mundo es tan ingeniosa y tan complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve. Pero dejemos por ahora la evidencia, que es una buena razón para creer en algo [hay quienes ponen estándares de prueba tan elevados, que ninguna evidencia es suficiente. Dicho de otro modo, no quieren creer, pues cada uno cree lo que quiere y le conviene], porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer en cualquier cosa: se llaman "tradición", "autoridad" y "revelación".
Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con cincuenta niños. Estos niños habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs... El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por "tradición". [La tradición no es mala en sí; su veracidad depende no de lo que yo creo que es una tradición, sino si la tradición se fundamenta en la verdad] Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. [Dawkins no entiende que la creencia puede ser cierta o falsa, dependiendo de la realidad o falsedad de la creencia. Es decir, si se cimienta en un hecho real] Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y sus abuelos, que tampoco estaban basadas en ninguna evidencia. [¿Cómo sabe Dawkins que esas creencias no se basaban en “ninguna evidencia”. Solo especula. Su creencia (por cierto falsa) es que todas las creencias son falsas. Igual creencia tiene aquel que piensa que si lo dice la Biblia, tiene que ser necesariamente falso]. Decían cosas como "Los hindúes creemos tal y cual cosa", "Los musulmanes creemos esto y lo otro", "Los cristianos creemos otra cosa diferente". Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuvieran razón. [Desde luego, pero seguro que alguno sí tenía razón en algo] Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, y ni siquiera los animó a discutir entre ellos sus diferencias. [¿Cómo pretende Dawkins que unos niños discutan sobre temas de adultos? En efecto, la carta que supuestamente escribe a su hija de 10 años es una carta para un adulto] Pero no es esto lo que me interesa en este momento.

Lo que quiero preguntar es de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. [Vuelve Dawkins a lo mismo, pues para él la tradición se basa en mentiras, supersticiones. Sus ideas preconcebidas, prejuicios antirreligiosos y resentimientos le impiden ver más allá de sus narices y generalizar que toda creencia religiosa es falsa] La tradición es la transmisión de creencias de los abuelos a los padres, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que se siguen leyendo durante siglos. Muchas veces las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventara en algún momento, como tuvo que ocurrir con las historias de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean tan antiguas las convierte en especiales. [Pero no en verdades] La gente cree ciertas cosas sólo porque otra gente ha creído lo mismo durante siglos. Eso es la tradición. [Esa es parte de la verdad. Insisto, si la tradición se basa en la verdad, puede ser buena] El problema de la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la historia original. [¿? Si es cierta, es un hecho real] Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se transmita durante siglos, por muchos siglos que sean. [Eso ha pasado con la teoría de la evolución y con otras creencias y mitos “científicos” que han empezado a derrumbarse] En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia anglicana, que no es más que una de la muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica romana o la metodista. Cada una cree cosas diferentes. [Esa es parte de la verdad, pues en cuanto a la figura del Señor Jesús los cristianos creemos prácticamente lo mismo] La religión judía y la musulmana son un poco más diferentes, y también existen varias clases distintas de judíos y de musulmanes. La gente que cree una cosa está dispuesta a hacer la guerra contra los que creen otra ligeramente distinta, de manera que se podría pensar que tienen muy buenas razones –evidencias- para creer lo que creen. Pero lo cierto es que sus diferentes creencias se deben únicamente a diferentes tradiciones. [Falso. El cristianismo se basa en vivencias con el resucitado Cristo histórico que Dawkins se empeña en negar y rechazar sin haberlo investigado histórica y empíricamente]

Vamos a hablar de una tradición concreta. Los católicos creen que María, la madre de Jesús, era tan especial que no murió, sino que fue elevada al cielo con su cuerpo físico. Otras tradiciones cristianas discrepan, diciendo que María murió como cualquier otra persona. Estas otras religiones no hablan mucho de María ni la llaman "Reina del Cielo", como hacen los católicos. La tradición que afirma que el cuerpo de María fue elevado al cielo no es demasiado antigua. La Biblia no dice nada de cómo o cuándo murió: de hecho, a la pobre apenas se la menciona en la Biblia. [Cierto] Lo de que su cuerpo fue elevado a los cielos no se invento hasta unos seis siglos después de Cristo. Al principio, no era más que un cuento inventado, como Blancanieves o cualquier otro. Pero con el paso de los siglos se fue convirtiendo en una tradición y la gente comenzó a tomárselo en serio, sólo porque se había ido transmitiendo a lo largo de muchas generaciones. [Dawkins parte de una premisa falsa (un supuesto) para arribar a una conclusión igualmente falsa. Que una tradición sea falsa no significa necesariamente que todas lo sean] Cuanto más antigua es una tradición, más en serio se la toma la gente. Y por fin, en tiempos muy recientes, se declaró que era una creencia oficial de la Iglesia católica: esto ocurrió en 1950, cuando yo tenía la edad que tú tienes ahora. Pero la historia no es más verídica en 1950 que cuando se inventó por primera vez, seiscientos años después de la muerte de María. [Cierto] Al final de esta carta volveré a hablar de la tradición, para considerarla de una manera diferente: Pero antes tengo que hablarte de las otras dos malas razones para creer una cosa: la autoridad y la revelación.

La autoridad, como razón para creer en algo, significa que hay que creer en ello porque alguien importante te dice que lo creas. [Feyerabend habla de los que en las ciencias naturales creen ser los portadores de la verdad que luego imponen a otros] En la Iglesia católica, por ejemplo, la persona más importante es el Papa. En una de las ramas de la religión musulmana, las personas más importantes son unos ancianos barbudos llamados ayatolás. En nuestro país hay muchos musulmanes dispuestos a cometer asesinatos sólo porque los ayatolás de un país lejano les dicen que lo hagan. Cuando te decía que en 1950 se dijo por fin a los católicos que tenían que creer en la asunción a los cielos del cuerpo de María, lo que quería decir es que en 1950 el Papa les dijo que tenían que creer en ello. Con eso bastaba. ¡El Papa decía que era verdad, luego tenía que ser verdad! Ahora bien, lo más probable es que, de todo lo que dijo el Papa a lo largo de su vida, algunas cosas fueran ciertas y otras no fueran ciertas. No existe ninguna razón válida para creer todo lo que diga sólo porque es el Papa, del mismo modo que no tienes porque creerte todo lo que diga cualquier otra persona. [Incluyendo a tu papá, Juliet, pues te está adoctrinando, aunque –como dice del Papa- tenga razón en algunas cosas] El Papa actual ha ordenado a sus seguidores que no limiten el número de hijos. Si la gente sigue su autoridad tan ciegamente como a él le gustaría, el resultado sería terrible: hambre, enfermedades y guerras provocadas por la superpoblación. Por supuesto, también en la ciencia ocurre a veces que no hemos visto personalmente la evidencia, y tenemos que aceptar la palabra de alguien. [Por ejemplo, creer la teoría de la evolución y otras teorías disparatadas sobre el origen del universo y la vida porque varias "autoridades" lo dicen. Sobre el mito de la teoría de la evolución que en 2009 cumple ¡150! años, Albert Fleischmann lo manifiesta con estas demoledoras palabras: “Rechazo la [teoría de la] evolución porque considero que es obsoleta; porque el conocimiento de anatomía, histología, cistología y embriología, obtenido con dificultad desde 1830 [en diciembre de 1831 Darwin zarpó a bordo del Beagle], no puede ser armonizado con su idea básica. Si el amor por los cuentos de hadas [y las novelillas] no estuviese tan arraigado en el corazón de los hombres, el fantástico edificio sin fundamento que es la doctrina [gr. dogma] de la evolución, hace mucho tiempo que habría encontrado el destino que merece”.] Por ejemplo, yo no he visto con mis propios ojos ninguna prueba de que la luz avance a una velocidad de 300.000 Km por segundo; sin embargo, creo en los libros que me dicen la velocidad de la luz. [Y también crees en muchos paradigmas, creencias y dogmas naturalistas sobre cosas que tus ojos no han visto, estimado Dawkins] Esto podría parecer "autoridad", pero en realidad es mucho mejor que la autoridad, porque la gente que escribió esos libros sí que había observado la evidencia, y cualquiera puede comprobar esa evidencia siempre que lo desee. [Volvemos al inductivismo ingenuo, que cree que la ciencia comienza con la observación; y esta proporciona una base segura sobre la que se puede edificar el conocimiento científico, y este se deriva, a través de la inducción, de los enunciado observacionales. Debo aclarar que también en el cristianismo cualquiera que dude de los hechos narrados por el Evangelio puede venir a Jesús y comprobar si Jesús es el Hijo de Dios o es un mito. Pero en el cristianismo el individuo se involucra íntegramente en tal investigación, porque él mismo es transformado por el resucitado Cristo histórico] Esto resulta muy reconfortante. Pero ni siquiera los sacerdotes se atreven a decir que exista alguna evidencia de su historia acerca de la subida a los cielos del cuerpo de María.

La tercera mala razón para creer en cosas se llama "revelación". Si en 1950 le hubieras podido preguntar al Papa cómo sabía que el cuerpo de María había ascendido al cielo, lo más probable es que te hubiera respondido que "se le había revelado". Lo que hizo fue encerrarse en su habitación y rezar pidiendo orientación. Había pensado y pensado, siempre solo, y cada vez se sentía más convencido. Cuando las personas religiosas tienen una sensación interior de que una cosa es cierta, aunque no exista ninguna evidencia de que sea así, llaman a esa sensación "revelación". [Generalizar es malo, querido Dawkins. Nos metes a todos en un mismo saco. Sí, es cierto que aún en los cultos de algunas iglesias cristianas hay emociones e histeria colectiva, mas afirmar dogmáticamente que todo en el cristianismo y en tales cultos es solo "engaños" del cerebro y emotividad es pecar de reduccionista, racionalista y cientificista, por el simple hecho de que no creo en tales manifestaciones o porque no caben en el tubo de ensayo, el microscopio y el telescopio] No sólo los papas aseguran tener revelaciones. Las tienen montones de personas de todas las religiones, y es una de las principales razones por las que creen las cosas que se creen. [Que bien que digas que es “una de las principales razones”, porque hay muchas buenas y excelentes razones para creerle al Creador del universo y la vida] Pero ¿es una buena razón? Supón que te digo que tu perro ha muerto. Te pondrías muy triste y probablemente me preguntarías: "¿estás seguro? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo ha sucedido? " Y supón que yo te respondo: "En realidad, no sé que Pepe ha muerto. No tengo ninguna evidencia. Pero siento en mi interior la curiosa sensación de que ha muerto." Te enfadarías mucho conmigo por haberte asustado, porque sabes que una "sensación" interior no es razón suficiente para creer que un lebrel ha muerto. Hacen falta pruebas. [Dawkins, en el cristianismo hay pruebas y existen reales evidencias para creer porque los que han escrito el Nuevo Testamento fueron testigos oculares de los hechos que narran o consultaros fuentes de primera mano. El problema no está en las evidencias y pruebas del Nuevo Testamento, sino en las personas que ponen estándares de pruebas tan elevados que ninguna prueba es suficiente. O sea, no quiere creer, y por rechazar las pruebas no investigan los hechos] Todos tenemos sensaciones interiores de vez en cuando, y a veces resulta que son acertadas y otras veces que no lo son. Está claro que dos personas distintas pueden tener sensaciones contrarias, de modo que ¿cómo vamos a decidir cuál de las dos acierta? La única manera de asegurarse de que un perro está muerto es verlo muerto, oír que su corazón se ha parado, o que nos lo cuente alguien que haya visto u oído alguna evidencia real de que ha muerto. [Bueno, esas normas de rigurosidad existen en el cristianismo neotestamentario que habla de lo imprescindible del nuevo nacimiento de cada persona que venga al resucitado Cristo histórico] A veces, la gente dice que hay que creer en las sensaciones internas, porque si no, nunca podrás confiar en cosas como "mi mujer me ama". Pero éste es un mal argumento. Puedes encontrar abundantes pruebas de que alguien te ama. Si estás con alguien que te quiere, durante todo el día estarás viendo y oyendo pequeños fragmentos de evidencia, que se van sumando. [Igual y mejor pasa en una relación con Jesús, querido Dawkins] No se trata de pura sensación interior, como la sensación que los sacerdotes llaman revelación. [En realidad, Dawkins no sabe qué es una revelación. Una revelación es desvelar, develar, descubrir (del griego apokalupto = apo, de, desde, ablativo; kalupto, cubrir); en contraste de sunkalupto, tapar, cubrir totalmente. La utilización de esta palabra en el Nuevo Testamento cae en dos categorías: subjetiva y objetiva. La subjetiva es aquella en la que algo es presentado a una persona, como: (a) el significado de la mente de Dios (San Mateo 11: 25; San Lucas 10: 21); el secreto de la Persona del Señor Jesús (San Mateo 16: 17; San Juan 12: 38). En fin, en otros usos. Y la categoría objetiva es aquella en la que se presenta algo a los sentidos, vista u oído, como, referente al pasado, (a) la verdad declarada a los hombres en el evangelio (Romanos 1: 17; 1 Corintios 14: 30; Gálatas 3: 23); (b) la Persona de Cristo a Pablo en el camino a Damasco (Gálatas 1: 16); (c) pensamientos antes ocultos en el corazón (San Lucas 2: 35); referente al futuro, (ch) la venida en gloria del Señor Jesús (San Lucas 17: 30), etc. El problema es que hay quienes parten de la presuposición filosófica, no científica, de que Dios no existe, lo sobrenatural es una patraña y las revelaciones son “engaños” del cerebro. Con tales presuposiciones cualquier evidencia –por contundente que sea- no tiene validez alguna]

Hay datos exteriores que confirman la sensación interior: miradas a los ojos, entonaciones cariñosas en la voz, pequeños favores y amabilidades; todo eso es auténtica evidencia. A veces, una persona siente una fuerte sensación interior de que alguien la ama sin basarse en ninguna evidencia, y en estos casos lo más probable es que esté completamente equivocada. Existen personas con una fuerte convicción interior de que una famosa estrella de cine las ama, aunque en realidad la estrella ni siquiera las conoce. Esta clase de personas tienen la mente enferma. Las sensaciones internas tienen que estar respaldadas por evidencias; si no, no podemos fiarnos de ellas. Las intuiciones resultan muy útiles en la ciencia, pero sólo para darte ideas que luego hay que poner a prueba buscando evidencias. Un científico puede tener una "corazonada" acerca de una idea que, de momento, sólo "le parece" acertada. En sí misma, esta no es una buena razón para creer nada; pero sí que puede ser razón suficiente para dedicar algún tiempo a realizar un experimento concreto o buscar pruebas de una manera concreta. Los científicos utilizan constantemente sus sensaciones interiores para sacar ideas; pero estas ideas no valen nada si no se apoyan con evidencias. [Sería bueno que Dawkins y los que piensan como él pusiesen eso en práctica cuando hablan del cristianismo, Cristo y las creencias cristianas apegadas al Nuevo Testamento. No lo hacen, por tanto, sus creencias o ideas acerca de esos temas son solo especulaciones racionalistas y cientificistas]

Te prometí que volveríamos a lo de la tradición, para considerarlo de una manera distinta. Me gustaría intentar explicar por qué la tradición es importante para nosotros. Todos los animales están construidos (por el proceso que llamamos evolución) para sobrevivir en el lugar donde su especie vive habitualmente. Los leones están equipados para vivir en las llanuras de África. Los cangrejos de río están construidos para sobrevivir en agua dulce, y los bogavantes para sobrevivir en agua salada. También las personas somos animales [¡Qué radical! Una creencia suya la hace un dogma], y estamos construidos para sobrevivir en un mundo lleno de ... otras personas. La mayoría de nosotros no tiene que cazar su comida, como los leones y los bogavantes: se la compramos a otras personas, que a su vez se la compraron a otras. Nadamos en un "mar de gente". Lo mismo que el pez necesita branquias para sobrevivir en el agua, la gente necesita cerebros para poder tratar con otra gente. El mar está lleno de agua salada, pero el mar de gente está lleno de cosas difíciles que hay que aprender. Como el idioma. Tú hablas inglés, pero tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de vosotras habla el idioma que le permite "nadar" en su propio "mar de gente". El idioma se transmite por tradición. No existe otra manera. En Inglaterra, tu perro Pepe es a dog. En Alemania, es ein Hund. Ninguna de estas palabras es más correcta o verdadera que la otra. Las dos se transmiten de manera muy simple. Para poder nadar bien en su propio "mar de gente", los niños tienen que aprender el idioma de su país y otras muchas cosas acerca de su pueblo; y esto significa que tienen que absorber, como si fueran papel secante, una enorme cantidad de información tradicional. (Recuerda que información tradicional significa, simplemente, cosas que se transmiten de abuelos a padres y de padres a hijos).


El cerebro del niño tiene que absorber toda esa información tradicional, y no se puede esperar que el niño seleccione la información buena y útil, como las palabras del idioma, descartando la información falsa o estúpida, como creer en brujas, en diablos y en vírgenes inmortales [¿Qué evidencias tiene Dawkins de que las brujas, los demonios y las vírgenes es “información falsa o estúpida”? Obvio, no todo lo que se afirma acerca de esos temas es cierto, pues hay demasiada superstición y superchería. Pero, ¿qué investigación sería, aparte de la especulación filosófica y los prejuicios antirreligiosos, hizo para ser tan radical? Una es cosa es que yo no quiera creer algo porque me parece falso o estúpido, y otra muy distinta es que presuma de conocerlo sin haber investigado en otros campos ajenos a mi profesión. En esa trampa caen los escépticos, agnósticos y ateos cuyo pensamiento decanta en racionalismo y cientificismo, que ellos llaman razón y ciencia. Desde luego, para tipos como Dawkins esos temas son irrelevantes y no merecen una investigación a conciencia. A priori ha elegido no creer.] Es una pena, pero no se puede evitar que las cosas sean así. Como los niños tienen que absorber tanta información, es probable que tiendan a creer todo lo que los adultos les dicen, sea cierto o falso, tengan razón o no. Muchas cosas que los adultos les dicen son ciertas y se basan en evidencias, o, por lo menos, en el sentido común. Pero si les dicen algo que sea falso, estúpido o incluso maligno, ¿cómo se puede evitar que el niño se lo crea también? ¿Y qué harán esos niños cuando lleguen a adultos? Pues seguro que contárselo a los niños de la siguiente generación. [Qué determinista y conductista es Dawkins. Da por sentado que el ser humano no piensa ni decide por sí mismo, sino que es programado por los padres y el ambiente] Y así, en cuanto la gente ha empezado a creerse una cosa –aunque sea completamente falsa y nunca existieran razones para creérsela-, se puede seguir creyendo para siempre. ¿Podría ser esto lo que ha ocurrido con las religiones? Creer en uno o varios dioses, en el cielo, en la inmortalidad de María, en que Jesús no tuvo un padre humano, en que las oraciones son atendidas, en que el vino se transforma en sangre ... ninguna de estas creencias está respaldada por pruebas auténticas. [Ahora sí parió la puerca. ¿Acaso pretende Dawkins que las ciencias naturales sirvan para probar verdades inmateriales? Sí, eso pretende como racionalista y cientificista que es.] Sin embargo, millones de personas las creen, posiblemente porque se les dijo que las creyesen cuando todavía eran suficientemente pequeñas como para creerse cualquier cosa. Otros millones de personas creen en cosas diferentes, porque se les dijo que creyeran cuando eran niños. [La mitad de la población humana cree en la teoría de la evolución no precisamente porque haya pruebas fehacientes, sino porque los creyentes evolucionistas como Dawkins le han impuesto lo que debe creer] A los niños musulmanes se les dicen cosas diferentes a las que se les dicen a los niños cristianos, y ambos grupos crecen absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros se equivocan. Incluso entre los cristianos, los católicos creen cosas diferentes de las que creen los anglicanos, los episcopales, los shakers, los cuáqueros, los mormones o los holly rollers, y todos están absolutamente convencidos de que ellos tienen la razón y los otros están equivocados. [Entre los evolucionistas también hay tres grupos que creen una cosa y otros creen otras] Creen cosas diferentes por la mismas razones por las que tú hablas inglés y tu amiga Ann-Kathrinn alemán. Cada uno de los idiomas es el idioma correcto en su país. Pero de las religiones no se puede decir que cada una sea la correcta en su propio país, porque cada religión afirma cosas diferentes y contradice a las demás. [Eso no es totalmente cierto, porque en el cristianismo los cristianos creemos esencialmente lo mismo] María no puede estar viva en la católica Irlanda del Sur y muerta en la protestante Irlanda del Norte. [Dawkins confunde las creencias con los hechos: que un grupo crea una cosa y otro otra no significa que no haya una verdad en cuanto a la creencia. Uno de los dos debe tener la razón. De ahí que la clave de la creencia no es qué cree uno y otro grupo, sino si lo que creen es cierto.] ¿Qué se puede hacer con esto? A ti no te va a resultar fácil hacer nada, porque sólo tienes diez años. Pero podrías probar una cosa: la próxima vez que algo que parezca importante, piensa para tus adentros: "¿Es esta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por tradición, autoridad o revelación?" Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle: "¿Qué pruebas existen de ello?" Y si no pueden darte una buena respuesta, espero que lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan. [Ahí están incluidas, como ya te dijera, Juliet, lo que te ha escrito tu padre Richard Dawkins. Debes preguntarte ¿qué evidencias tiene para escribir lo que ha escrito? ¿Ha investigado tu padre lo suficiente para escribir esto o son creencias e ideas de él? Si tu papá no puede darte una respuesta apropiada, confío en que reflexiones antes de creerle una sola palabra, aunque sea tu padre.
Para concluir, Juliet, debo añadir que en su obra ¿La desilusión de Dawkins? (Dawkin’s Delusion?), Alister McGrath, biofísico molecular, afirma que una prueba más de que tu padre Richard Dawkins no es un representante del pensamiento científico es el hecho de que en 2006, año en que apareció su libro El espejismo de Dios (The God Delusion), tres renombrados científicos publicaron obras que retoman la teoría del Big Bang, que admite un espacio para una mente superdotada en el universo. Esos hombres de ciencias y sus obras son: el astrónomo Owen Gingerich, que sacó a la luz pública God’s Universe; el genetista Francis Collins, escribió The Language of God; y el físico Paul Davies publicó The Goldilocks Enigma. “Dawkins se ve forzado -concluye McGrath- a luchar contra el hecho altamente contradictorio de que su opinión [creencia] de que las ciencias naturales son una autopista intelectual hacia el ateísmo es rechazada por la mayoría de los científicos, independientemente de sus puntos de vista religiosos”. Solo los ilusos le creen a Dawkins.

Dicho de otro modo, cuando de cuestiones religiosas se trata, tu padre y otros hipercríticos del cristianismo no son científicos imparciales ni objetivos. Tampoco es cierto -como cree tu padre- que el mundo sería un lugar mejor si la religión se extinguiera; ni su cientificismo posibilita la explicación del misterio del universo y la vida, por las masacres cometidas en regímenes ateístas y por los límites propios de las ciencias naturales reconocidas por Peter B. Medawar (1915-1987), coganador del Nobel de fisiología o medicina en 1960, en su obra Los límites de la ciencia (The Limits of Science)] Te quiere, papá.


Fuente: El Blog de J. Enrique Cáceres-Arrieta, diario El País de España.


http://lacomunidad.elpais.com/earrieta/2008/12/23/en-visperas-navidad-buenas-y-malas-razones-creer-segun